Descripción
El hacer rosquillas resulta ser todo un oficio, y el proceso de producción involucra diversas etapas, con gente especializada en cada una de estas. La primera etapa es la de limpieza y escogencia del maíz “bueno” (semillas en excelentes condiciones); el maíz escogido luego se muele, se pesa, se lava, se cuece y se vuelve a moler.
A continuación -segunda etapa- la maza de maíz se mezcla con cuajada (queso cuajado), se amasan juntos y después se pasa a la tercera etapa: esa maza es trasformada manualmente en miles de rosquillas y otras variedades como “viejitas” y empanadas. La etapa final del proceso es cuando las rosquillas se pasan al horno artesanal, de donde salen con su sabor y contextura final.
En períodos de escasez de materia prima (la cuajada, por ejemplo, tiene períodos altos y bajos de producción), los talleres más pequeños se dedican a la producción de otros productos tradicionales de gran sabor como rosquetes, picos, espumillas (suspiros), entre otros.
En la ciudad hay aproximadamente tres decenas de talleres de diferentes tamaños y volúmenes de producción. Estos talleres son empresas de las que se involucra la familia, aunque muchos tienen que contratar a otras personas para aumentar la producción. Un taller mediano puede producir entre seis mil y quince mil rosquillas de varios tipos al día, y casi todos los talleres están en capacidad de responder a encargos de sus clientes.
Las rosquillas somoteñas se venden en diversos puntos del país, e incluso se exportan al extranjero. Aunque existen otros talleres de rosquillas de calidad en otros municipios o comarcas del departamento de Madriz (como Yalagüina y La Esperanza), son las “rosquillas somoteñas” las que se han posicionado como tradicionales y de alta calidad en la mente de los nicaragüenses, y de consumidores extranjeros que ya han tenido la oportunidad de saborearlas. Es por ello que venir a Somoto y no visitar los talleres de rosquillas, es perder la oportunidad de conocer una parte fundamental del carácter de esta ciudad.
Los talleres se encuentran en diversos puntos de la ciudad, aunque un buen número está ubicado en la zona sur. Casi todos los talleres estarán gustosos de recibir visitantes que desean apreciar el proceso productivo, aunque los más grandes tienen tanta demanda que no pueden dar una debida atención. Un taller pequeño y amable es el “Delicias del Norte”, ubicado al sur del centro. Otros talleres conocidos son el Vílchez y el Soza. Se puede preguntar a los habitantes de Somoto por un buen taller de rosquillas para visitar, y así obtener buenas referencias.
Como llegar
Llegar a: Talleres de Rosquillas
Los diferentes talleres de rosquillas se encuentran en varias zonas del casco urbano de Somoto, algunos, incluso, en la misma calle. No todos cuentan con personal que pueda atender a visitantes, pero la mayoría abrirá sus puertas a los turistas para que puedan conocer el proceso. Es muy sencillo reconocer los talleres: tienen rótulos en sus puertas de entrada. También, puede preguntar a cualquier persona en la calle sobre dónde encontrar uno de ellos.
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