Historia de Odorico D Andrea
Uno de los sitios más visitados en Nicaragua por peregrinos religiosos, entre muchos espacios de fe existentes, es el conjunto formado por el templo, la cripta y el museo del fraile franciscano Odorico D’Andrea; un santuario que ha concentrado a decenas de miles de personas en un mismo día. Unos lo buscan con fe, otros llegan por los curiosos detalles del templo y otros buscan un encuentro místico en ese sitio que alberga el cuerpo incorrupto del “fraile de la paz”.
Odorico, la gente lo hace santo
Agua potable, escuelas, templos, hospital, carreteras, puentes; en otras palabras, casi en todo, tuvo que ver Odorico, el fraile italiano, enviado a la zona por la orden de los franciscanos. Es la persona más amada del pueblo, según fray Damián Muratori, rector del Centro de Retiro Tepeyac, quien acaba de lanzar un libro con múltiples detalles de la obra de quien fue su más dinámico subalterno en la provincia franciscana. Para fray Damian, Odorico sigue vivo y activo entre su comunidad y más allá.
Aunque en ese sitio fue la boda del histórico general Sandino con Blanca Arauz, aunque el sitio fue escenario de icónicos combates armados de la guerra de Sandino (años 20), la guerrilla anti-somocista (años 60 y 70) y la guerrilla anti sandinista (años 80); ningún otro factor atrae más a los turistas nacionales y extranjeros que el templo y la cripta de Odorico.
Ofrenda su vida por la paz
Uno de los eventos más recordados es la misa de Mayo de 1988, en la comunidad La Naranja, que era parte del área de guerra para esos años. A Odorico le dolía la guerra, y al sonar la artillería decía: “Cuantos de mis campesinos estarán sufriendo o muriendo a esta hora”. Fue incesante en orar por el fin de la guerra de los 80, la más sangrienta de la historia de Nicaragua.
Cuando los políticos buscaban acuerdos de paz para Centroamérica y desarmar a los rebeldes en la Nicaragua de los 80, el fraile se anticipó. Coordinó con jefes de ambas fuerzas y concertó una misa campal común. Colocó frente a frente a los armados. Un bando a su derecha y el otro a la izquierda. Al llegar el momento de la paz, hubo un emotivo e inesperado abrazo entre enemigos.
Literalmente, desarmó los corazones cargados de ira en medio de las hostilidades, y todavía se recuerda su icónica frase en aquella homilía: “Todo lo destruye la guerra, todo lo salva la paz. La guerra es la muerte, pero la paz es el bienestar de todos”. Odorico no le quitó armas a nadie, pero advirtió que en Nicaragua vendría el tiempo en que las armas letales serían piezas de museo.
Era el fraile que combinaba obras ingenieras con su prédica humilde y profunda. Caló en mucha gente, transformando San Rafael del Norte, al margen de los gobiernos de turno. El presidente Somoza García una vez le donó quinientos córdobas, y el presidente René Shick le donó láminas de zinc. Pero Odorico movió corazones de ricos y pobres, de nacionales y extranjeros. Empujó la construcción del hospital (1964), del servicio de agua potable (1965), de puentes rurales, entre otras obras de desarrollo local. Apadrinó el estudio de muchos niños y también organizó cooperativas agrícolas.
Las fuentes de financiamiento son amplísimas, desde benefactores extranjeros de Europa o Estados Unidos, programas internacionales de apoyo al desarrollo, sin faltar los aportes mínimos que masivamente dan las comunidades rurales, con lo que se provocó ese sentido comunitario de que las obras les pertenecen a los pobladores.
Muchas veces empezó proyectos con nada en la bolsa, y cuando los colaboradores le cuestionaban por la carencia de recursos, solía responder: “La divina providencia provée”, en una expresión de fe que transformó la vida en las montañas.
Un carisma que conmueve
Treinta años después de su muerte, hay gente que todavía se emociona y algunos hasta lloran al mencionar su nombre o recordar las innumerables anécdotas. Es difícil encontrar quien tenga un mal criterio sobre Odorico, y abunda la gente que lo llama santo, aunque hasta ahora el Vaticano le ha asignado el estatus de “Siervo de Dios”.
Los testigos le atribuyen la protección de la vida de muchos, la sanidad de terribles enfermedades, ejercer la clarividencia, ser profeta (le decían adivino), experimentar la bilocación (estar actuando en dos sitios a la vez), y algunos le vieron orar en su habitación en estado de éxtasis, y experimentando la levitación (cuerpo elevado por encima de la superficie).
Antes de fallecer, estando en estado sumamente delicado, confesó a sus amigos cercanos: “Yo ofrecí mi vida al Señor por la paz de Nicaragua. Ya es una realidad y no habrá más guerra”. Días después se registró su muerte. Los testigos de esa frase creen que solo daba testimonio de un hecho real, porque en el año que falleció, se determinó el cambio político que puso fin a la guerra.
Antes de venir por primera vez a Nicaragua, Odorico visitó en Italia al místico fraile franciscano Pío de Pietrelcina, quien le dijo: “Odorico, hazte santo”. Medio siglo después, el proceso va caminando. Desde el año 2002, doce años después de su muerte, inició un juicio formal para que la iglesia lo reconozca institucionalmente como santo, tal como lo valora la gente humilde de San Rafael del Norte.
La gente del campo, de la ciudad y del extranjero, lleva botellas llenas de agua que coloca al lado del sarcófago y se la llevan a casa con la convicción de que en presencia de Odorico, esa es agua bendita. Los milagros son innumerables y hay decenas de casos que están sirviendo de evidencias, en el proceso de canonización, que promueve desde Jinotega el obispo Monseñor Enrique Herrera, con apoyo del fraile franciscano de origen italiano, Damián Moratorio, quien es testigo personal de la naturaleza especial de Odorico.
Primera oferta de turismo religioso
Por su incidencia en el desarrollo comunitario, su amor por la naturaleza y el compromiso con la paz, Odorico fue elegido como la primera atracción de un amplio programa que desarrollará la peregrinación experiencial denominado “Huellas”.
El programa turístico será posteriormente vinculado a otros santuarios, además de a los grandes personajes de la iglesia en el país. Arrancó en marzo del 2020, con peregrinaciones de tres días, que producen experiencias místicas, diferentes a las tradicionales peregrinaciones de un solo día, desarrolladas hasta hoy en Nicaragua. En el mes de marzo se recuerda los 104 años del nacimiento y los 30 años de la muerte del fraile de la paz.
Múltiples anécdotas de Odorico con gente humilde y gente poderosa, se darán a conocer a quienes participen de estas peregrinaciones denominadas Huellas de Odorico D’Andrea. Hay varias ofertas y ya se programan los primeros eventos.
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Autor y fuentes
ESte tema especial sobre Fray Odorico D'Andrea fue elaborado por el periodista nicaragüense Róger Solórzano Gaitán, socio fundador de ViaNica.com, en marzo de 2020.
Fuentes de información:
- Entrevista a fray Damián Muratori, director del Centro Tepeyac.
Las fotografías fueron facilitadas por fray Damián Moratorio y la oficina de la Orden Franciscana en San Rafael del Norte.