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Esfuerzos eco-sociales de tres fincas norteñas

ViaNica.com | Feb 21, 2008

La búsqueda de la conservación ambiental, ligada a la mejora en la calidad de vida y las condiciones de trabajo de sus empleados, son los objetivos de tres fincas ubicadas en el norte del país, las cuales buscan alcanzar una certificación de carácter internacional. ViaNica.com fue invitada a una gira periodística para conocer de cerca la realidad y esfuerzos de esas tres fincas en cuestión. La invitación fue extendida por la ONG Rainforest Alliance, y aquí presentamos el artículo de nuestro enviado especial, Salvador Espinoza Rivera:

“…no hay nada mejor que un trabajador contento…”, esas son las palabras del Señor Juan Carlos Munguía, gerente propietario de la finca cafetalera Santa Marta, certificada desde hace varios años por la organización no gubernamental Rainforest Alliance.

Estar certificado por la Rainforest Alliance significa cumplir un gran número de requisitos sobre sostenibilidad técnica, social, económica y ambiental, tales como mejores condiciones laborales y de vida para los trabajadores, respeto al medio ambiente, entre otros.

Esta certificación trae como principal beneficio, además del desarrollo integral en los rubros antes mencionados, el acceso a nuevos mercados nacionales e internacionales, donde la conciencia por el medio ambiente está más desarrollada, mercados donde el consumidor está muy interesado en conocer exactamente la procedencia y las condiciones de producción de lo que compran.

Finca La Aurora
Ubicada en la comarca El Arenal, en el departamento de Matagalpa, a la altura del kilómetro 144 de la Carretera Panamericana norte. Esta finca, en proceso de certificación, cultiva 138 manzanas de café, siendo la meta 150 manzanas.

Entre sus planes de desarrollo está la fertilización ecológica, para reducir a gran escala la utilización de agroquímicos; cuentan con planes de reforestación de maderas preciosas y otros; en construcción están una cocina y una clínica para todos los trabajadores, que viven en un campamento muy bien acondicionado (camas, inodoros, baños y lavanderos con agua potable de pozo) con capacidad para 300 personas (familias o solteros y solteras). También existen planes de hacer de la finca un lugar turístico, pero por ahora los dueños se encuentran priorizando la certificación por la Rainforest Alliance.

Actualmente cuentan con un edificio multiusos que es utilizado como escuela, comedor, salón de reuniones, entre otros. También es muy importante mencionar que la energía utilizada de forma doméstica y en la producción es obtenida de una planta hidroeléctrica con poder de 35 kilowatts, de los cuales hasta ahora sólo utilizan 28.

Finca El Quetzal con su marca “Café Don Paco”
Ubicada a sólo 4 kilómetros de la finca La Aurora, entre las comarcas Aranjuez y Laguna Verde (Matagalpa). Esta finca se encuentra desde hace un año también en proceso de certificación, pero está mucho más desarrollada que la anterior debido a su mayor capacidad financiera, ya que es parte de las empresas en sociedad EPPA S.A. (4 fincas) del señor Álvaro Montealegre Rivas y asociados.

Esta finca cuenta ya con dos campamentos muy bien acondicionados, uno para trabajadores temporales y otro para los permanentes. También cuenta con un dispensario médico, cocina y comedor, guardería, escuela, y una casa comunal con biblioteca e internet. El dispensario medico lo atiende diariamente una enfermera, pero, una vez a la semana, un doctor internista llega para atender casos mayores. La escuela está a cargo de un profesor estatal que percibe un bono salarial extra de parte de la finca, además de su salario común.

Una planta hidroeléctrica también abastece de energía a toda la finca. La finca es muy agradable a la vista gracias a la gran abundancia de árboles de eucalipto y pinos de la zona. También han utilizado en casi todos los caminos de la finca unos arbustos de flores anaranjadas muy brillantes, que además de servir de ornamentación, previenen la erosión de los suelos.

Finca Santa Marta con su marca de café “Santa Marta”
Ubicada a 52 kilómetros de la ciudad de Jinotega, en el municipio de Pantasma, comarca el Guapinol. Esta finca cuenta con 240 hectáreas de las cuales 207 son utilizadas para el cultivo del café. Cuenta con escuela estatal, cocina con comedor, centro de salud, dos campamentos muy bien acondicionados para trabajadores permanentes (80 personas) y temporales (en tiempo de corte 1000 personas); también cuenta con una iglesia hecha de piedra, guardería y un campo para deportes varios.

Podemos encontrar en esta finca dos lagunas de oxidación donde se utilizan encinas para la eliminación de los desechos sólidos, en lugar de enterrarlos. Los trabajadores de esta finca, además de contar con todas estas ventajas, perciben un salario que esta por encima del salario mínimo puesto por el estado.

En estas tres fincas el visitante puede encontrar gran variedad de animales típicos de la zona como el venado, el mono congo, tucanes, oso hormiguero, gato de monte, el guardabarranco, la guardiola, el mono aullador, etc. También se encuentran árboles de maderas preciosas como el nogal, cedro real, roble, encino, entre otros.

Los caminos de acceso son excelentemente transitables durante la temporada seca, pero en la temporada de lluvia los vehículos altos de doble tracción son indispensables.

Toda persona con interés en conocer estas fincas será muy bien recibidas por los propietarios o mandadores, quienes con gusto les darán un paseo instructivo por todas las aéreas e instalaciones.

“…al trabajador le gusta, se siente bien con todas estas cosas…”, Otilio Jarquín, jefe de operaciones de la finca El Quetzal, al opinar sobre los beneficios al campesinado ofrecidos actualmente en su sitio de trabajo.