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Entrevista: Maritza Rivas, Reina de la Costa Maya 2009

ViaNica.com | Aug 17, 2009

Maritza Rivas Cruz con su corona y banda oficial.
Róger Solórzano Canales

Segundos antes de convertirse en Reina de la Costa Maya 2009, en la mente de la joven nicaragüense Maritza Rivas había un nerviosismo positivo. Hacía ya ocho días que había llegado desde Managua a la ciudad de San Pedro, en el Cayo Ambergris de Belice. Conoció muchos sitios interesantes de la zona, realizó una entrevista simpática con los jueces, se entrenó para la presentación final y ni una inflamación en su tobillo izquierdo le había hecho perder el enorme entusiasmo. Junto a ella, otras siete bellas candidatas representantes de otros países de la región tenían sus mismas esperanzas en ese certamen, pero el destino ya había querido que esa fuera su noche. “Y la reina de la Costa Maya 2009 es...”, doce segundos de extremo suspenso pasaron entre el anuncio final de los presentadores y el momento en que dijeron primero el nombre de su país y luego el de ella. “Me llegan a entregar la corona y yo estaba temblando; se me salieron cuatro lágrimas pero era más la tembladera”, comenta espontánea Maritza durante esta entrevista realizada por ViaNica.com.

Esa noche era el pasado 6 de Agosto, momento en que Maritza se convirtió en la primera nicaragüense en ganar el certamen regional Miss Costa Maya que se realiza a propósito del Festival Internacional de San Pedro, y en el que regularmente participan candidatas de México, Guatemala, Belice, Honduras, El Salvador, Nicaragua, Costa Rica y Panamá. En los 14 años de ese concurso de belleza, tampoco nunca una misma candidata había ganado la corona y el premio al mejor traje nacional; pero Maritza fue protagonista de esa noche de exitosas primeras veces, pues su traje fue también elegido como ganador. “Era emocionante y era un orgullo, porque era la primera vez que Nicaragua ganaba, y tuve el honor de ser yo la portadora de esa corona para mi país”, dice Maritza sonriente.

Meses antes, ella había participado en el certamen nacional Miss Nicaragua 2009 y había culminado como segunda finalista (tercer lugar). Ahora la organización del evento le ofrecía viajar a Belice como la candidata de su país y ella aceptó inmediatamente. “Miré muy atractivo representar por primera vez a Nicaragua internacionalmente; como era un certamen pequeño, vi posible venir con la corona”, comenta.

En Nicaragua recibió mucho apoyo en los preparativos para su aventura: vestidos para diferentes ocasiones, ropa casual, diseño de peinado, permiso del trabajo y muchos, muchos, muchos buenos deseos de sus amistades, familia, conocidos y hasta desconocidos. Y también recibió durante los preparativos -seis días antes de su viaje- el mordisco de un perro en el tobillo izquierdo que resultó en 10 puntadas de sutura. Tuvo miedo de que por las heridas le prohibieran el viaje, pero el médico le dijo que podía ir bajo su propio riesgo. Así se fue. Ahora ella bromea que fue el mordisco de la suerte.

Desde el avión comenzó a conocer a las otras candidatas, con las que pasaría luego varios días y muchas experiencias. Recuerda que la primera en sonreírle fue la tica, pero con el tiempo tuvo una gran cercanía con la panameña: “Comencé a fregar (bromear) con ella y nos hicimos “pofis” (muy amigas); nos reíamos juntas de todo”. Incluso recuerda contenta como fue ella la primera en lanzársele al cuello a abrazarla cuando la nombraron reina. “Me dijo: maricona, bien hecho maricona”, lo que aún le causa ternura y gracia, pues “maricona” en Panamá significa amiga pero en Nicaragua significa llorona. Las de México y Guatemala también le resultaron personas muy agradables.

En Belice, recuerda, los sitios que más le impresionaron fueron las ruinas mayas de Altun Ha y el enorme arrecife de coral en aguas caribeñas. Las ocho candidatas visitaron las ruinas al día siguiente de su arribo a ese país; Maritza quedó muy impresionada al ver esos antiquísimos edificios: “fue algo como de otro mundo, venís de la ciudad y encontrás estas estructuras enormes; no te explicás cómo lo hicieron en esa época”. Al tercer día visitaron la barrera coralina en donde ella se sumergió a nadar con tiburones y peces multicolores. Sus compañeras le bromeaban que tuviera cuidado, pues con su suerte podía salir con algún mordisquito de tiburón. Pero ella entró al agua. “Toqué un tiburón chiquito y una manta raya”, comenta.

Para Maritza, lo que le ayudó a ganar la competencia fue su carácter lleno de detalles muy nicaragüenses: alegría, carisma, sinceridad, sencillez. Dice que su entrevista con el jurado fue muy amistosa, alegre, llena de risas y bromas. Se animó a responderles en inglés, y le fue muy bien: “Gracias a Dios me salió de lo más fluido; cuando estaba afuera a veces me trababa (hablando en inglés), pero en la entrevista como que se me iluminó el cerebro”, comenta. También aprovechó para expresar alegría en cada ocasión, y para ella eso hizo de igual manera ganar al traje nacional, porque el jurado tomaba en cuenta el diseño, el concepto y la presentación. Ella recuerda con cariño cómo, a pesar de los poquísimos nicaragüenses que conoció en la isla, había una gran barra que la apoyaba siempre con gritos y aplausos.

Aquella noche de su triunfo en Belice, estaban en un escenario ubicado dentro de un estadio de fútbol. De frente, había un montón de personas sentadas y de pie. Cuando la anunciaron como ganadora, recuerda, le asombró la respuesta entusiasta de la gente, pues hasta el jurado se puso de pie, sonriente y aplaudiendo. Mientras temblaba, ella desfiló por el escenario con la corona en la cabeza y una enorme sonrisa en la cara; se detuvo frente al público, saludando, observó en su brazo la banda que decía “Nicaragua”, la tomó y la besó. La gente aplaudía.

Maritza, “la Mari”, permaneció en Belice tres días más participando como reina del Festival de San Pedro y retornó a Managua el lunes 10 de Agosto, a descansar y luego seguir con su trabajo como encargada del área de ventas de ViaNica.com y su labor como modelo. Espera poder representar a Nicaragua en otros futuros certámenes más grandes, desarrollar algunos proyectos sociales personales y lograr proyectarse internacionalmente como modelo. Ella agradece a todas las personas que confiaron en ella y la apoyaron. ¿Qué se siente haber ganado ese certamen? “Se siente bonito porque es como un orgullo, un honor traerlo a Nicaragua; esto fue para Nicaragua”, responde Maritza Rivas Cruz, Miss Costa Maya 2009.