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Crónica: Guardianes de las tortugas marinas y sus huevos

Ariadna Ramos | Nov 19, 2012

Estos son los voluntarios de la primera gira del "Movimiento Los Tortuguillos" | Fotógrafo: Róger Solórzano Canales

El viaje piloto cautivó la emoción de los guardianes solidarios de la Reserva Playa La Flor.

Se pensaba que una campaña piloto no podía causar tanto auge en la población nicaragüense, sin embargo 85 fueron los voluntarios inscritos este primer mes, tanto nicas como extranjeros (de los cuales, 18 fueron afortunados por limite de cupos en la primera gira) para el cuido del desove de tortugas marinas y la liberación de los tortuguillos, como son llamados, y por ellos el nombre de nuestra campaña.

El Movimiento Los Tortuguillos es una campaña que nació después de una visita al Refugio de Vida Silvestre “Playa La Flor”, donde el director de la reserva mostraba preocupación por la falta de voluntarios que en este lugar existe; por ello, se creó el movimiento, para captar la atención de diferentes grupos sociales, interesados en el cuido y protección de las tortugas marinas y sus huevos, ya que en este sitio llegan personas de diferentes zonas a saquear los nidos (los saqueadores) para luego venderlos a un precio accesible a la población.

Partimos a las 2 de la tarde de la gasolinera Puma de Metrocentro, en Managua. Nos posicionamos en una esquina, a la espera del bus y de unos cuantos integrantes que aún no llegaban; comida, agua, casas de campañas, cámaras, linternas y muchas mochilas era lo que más se miraba en ese pequeño espacio, mientras los voluntarios se tomaban fotografías para poder congelar ese momento de emoción.

La felicidad de los integrantes en el bus era inexplicable. Momentos de risas, chistes, emociones acompañaron el viaje de Managua a Rivas, a pesar que tuvo una duración de 2:20 horas por un desvío en la Carretera Panamericana, los chicos no dejaron de reír. En la ciudad de Rivas recibimos orientaciones del director de la Reserva La Flor, Marlon Laynes: “Por el movimiento de las placas tectónicas, quizá las tortugas no han arribado masivamente, pero si hay desove y liberaciones de tortuguillos”, dijo.

Estas explicaciones no nos detuvieron, así que continuamos nuestro viaje, pero antes pasamos por la ONG “Casa de la Mujer, Sonia Bello”, en Rivas, donde se nos brindó comida, jugos, frutas y útiles básicos que podríamos necesitar en la gira. A las 5:00 de la tarde regresamos a nuestro camino para llegar a nuestro destino.

A causa del camino en mal estado llegamos hasta las 6:20 pm. Fuimos recibidos por la encargada de esa noche, quien nos orientó dónde podíamos acampar y cómo íbamos a dividirnos para el cuido de las tortugas; además nos advirtieron que era peligroso andar solos, por los saqueadores. Cada grupo armó su casa de campaña, por muy grande o muy pequeña que fuese; pasaron por varias dificultades para levantarlas: se caían, se daban vueltas, no tenían naylon para sujetarlas, o simplemente no sabían cómo armarlas.

Nos dividieron en 3 grupos de 6 personas. Cada uno tenía un guía que orientaba qué se debía y qué NO se podía hacer en la reserva, además nos orientaban la división de tramos que posee la costa. El primer grupo partió a las 7:00 pm en punto, y pudieron observar el nacimiento de “Rosy y su hermano”, dos tortuguillos que salían de la arena en el preciso momento que se iba caminando. Pero también, se dieron cuenta de cómo los huevos son depredados por los perros o zorros, que se mantienen en esta zona. Había un huevo ya gestado, pero con rajaduras por los mordiscos de un perro, se notaba claramente como el tortuguillo palpitaba lentamente. Tipo 8:30 de la noche salió la primera tortuga desde el mar, y unos cuantos pasos más adelante, había otra desovando.

El segundo grupo se marchó a las 10:00 de la noche. Este ya llevaba tortuguillos para ser liberados. Una hora después, los grupos que estábamos descansando podíamos escuchar cómo los saqueadores se corrían de los pocos soldados del Ejército Nacional que protegen la reserva. Una de las integrantes estuvo platicando con uno de ellos, quien le decía: “Los huevos de tortugas son de la naturaleza, podemos robarlos, venderlos, comerlos; además es nuestro sustento de vida”.

El último grupo se fue a las 2:00 de la madrugada y lo primero que observaron fue a una mujer embarazada que llevaba un saco lleno de huevos. Pero un militar se lo decomisó. Situaciones como estas son las más conocidas en la reserva.

A la 5:00 am la mayoría se preparaba para ver el amanecer, sin embargo, aún había tortugas desovando. Mientras éstas estaban ahí, los zopilotes estaban metiendo la cabeza en su nido para comerse los huevos.

Después, un guía nos llevó por toda la reserva, para enseñarnos los diferentes senderos que ésta posee. Anduvimos en el río y el estero La Flor, vimos los manglares donde los cangrejos se refugian en cada arribada.

Mientras ya nos íbamos de regreso, tras levantar el campamento, pudimos ver entre las olas como venía una enorme cantidad de tortugas a desovar: la sexta arribada de masivas estaba iniciando. Sin embargo, ahí terminaba nuestro viaje.

Para ver mas fotos de la experiencia, vea la galería primera gira los tortuguillos