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Cultura

El encuentro y mezcla de una diversidad de pueblos constituyó para Nicaragua una herencia importante, e hizo nacer una cultura pintoresca, alegre y creativa. Aunque estas manifestaciones culturales son poco conocidas a nivel mundial, su variedad y colorido pueden garantizar un interesante descubrimiento para sus espectadores.

Igualmente, la hospitalidad y amabilidad de los nicaragüenses son reconocidas por los visitantes que tienen la oportunidad de conocerlos. He aquí un vistazo de la cultura de los “nicas”.

El habla

En su habla, los nicas pueden ser confianzudos o respetuosos, según corresponda el caso. Se usa una gran variedad de localismos, por lo que los nicaragüenses gustan decir que su idioma es el “nicañol” (español nicaragüense).

Nicaragua forma parte de los países latinoamericanos que usan el “vos” en lugar del “tú” como segunda persona del singular. En la escuela primaria y clases de gramática se enseña a conjugar con el tú, pero en la vida cotidiana y en la socialización siempre reina el “voseo”.

Como término de respeto, los nicaragüenses usan el “usted” (término latinoamericano que nace como diminutivo de la expresión colonial castellana “vuestra merced”). A las personas adultas generalmente se les trata de “usted”, y también se utiliza como una demostración de respeto hacia las personas que recién se conocen. Al referirse a una persona de edad mayor, por lo general se antepone “don” o “doña”: don Rafael, doña Sofía, don Mario, por ejemplo.

El acento nicaragüense tiene detalles que lo hacen identificable. Por ejemplo, cuando se habla no se pronuncia la “s” al final de las palabras, y su sonido es sustituido por una especie de “j” suave y corta. En cuanto al “cantadito” al hablar, existen diferencias entre las zonas urbanas y las rurales: en las urbanas es bastante lineal, y en las rurales se pronuncian con mucha fuerza las sílabas acentuadas.

Festividades Religiosas

Las celebraciones de origen religioso siempre son populosas y bulliciosas en Nicaragua, y es en éstas que salen a relucir danzas, músicas e interpretaciones tradicionales.

Cada ciudad y pueblo tiene su propio “santo patrono”, el cual fue escogido o impuesto desde tiempos coloniales. Cuando los habitantes de la zona celebran su devoción a su santo, se producen las populares “fiestas patronales” que se extienden por varios días, o hasta meses, como es el caso de Masaya. Estas fiestas son muy coloridas y agitadas en muchos puntos de Nicaragua, y son verdaderas muestras de la cultura tradicional.

Muchos de sus asistentes no llegan por verdadera devoción religiosa, sino por que éstas son un motivo de reunión e identificación cultural. Sin embargo, son también numerosos los que llegan y alimentan el evento con su fervor religioso y misticismo.

La música y los bailes

La música tradicional nicaragüense nace de la herencia y, en muchos casos, fusión de la cultura de pueblos indígenas, colonos europeos y pueblos africanos, e igual ocurre con la danza folclórica.

Las danzas y la música tradicional nacieron en las diferentes regiones del país, y aunque todavía suelen considerarse representativas de su tierra de origen, ya los nicaragüenses a nivel nacional las consideran parte de su propia identidad cultural. Así, las danzas del Caribe africanizado se bailan en el Pacífico, y los bailes norteños son interpretados en el Sur. Veamos la música y danza del folclor nacional por zonas culturales representativas:

Pacífico: aquí se dio una fusión creativa entre lo indígena y lo español, y de ésta resultaron danzas y músicas folclóricas muy vistosas y diversas. En Carazo, los tambores y flautas indígenas acompañan a los bailantes cuyas vestimentas muestran la dualidad indígena-española. Las danzas y música más conocidas de la zona son el Toro Huaco y El Güegüense o Macho Ratón. En Masaya las danzas tienen ya una identidad mestiza, sobre todo. Durante éstas las mujeres visten de güipil (camisa femenina de algodón) y falda larga, y los hombres de cotona (camisa masculina tradicional de Nicaragua) pantalón blanco, sombrero y sandalias. Las danzas representan generalmente un galanteo de movimientos suaves, entre hombres coquetos y mujeres laboriosas. La música es el “son nica” creado por Camilo Zapata, un rasqueo de guitarra propio de la música tradicional nicaragüense, acompañado siempre por el instrumento representativo del folclor en Nicaragua: la marimba de madera.

Norte y Centro: en las regiones montañosas del norte y el centro de Nicaragua se observa sobre todo la herencia europea aportada por las colonias españolas y alemanas asentadas en la región. Aquí son representativas sobre todo las polcas y mazurcas.

Caribe: la expresión cultural por excelencia del Caribe nicaragüense son las danzas y sonidos africanizados, aunque las tribus indígenas también hacen su aporte. El ritmo y baile representativo de esa zona es el Palo de Mayo, nacido en la región de Bluefields, y que cuenta con un ritmo de percusión muy energético, con el que hombres y mujeres bailantes contornan sus cuerpos en movimientos sensuales.

Algunos compositores nicaragüenses han incursionado también en ritmos latinoamericanos muy conocidos. Es así que puede escucharse cumbias y salsas nacidas en Nicaragua.

Durante las fiestas patronales y regionales salen a relucir las unidades de música popular nicaragüense: son los grupos filarmónicos o “chicheros”. Sus integrantes tocan generalmente dos o tres trompetas, un clarinete, un trombón, un sousáfono, y, en la percusión, bombo, platillo y redoblante. La música que interpretan es muy enérgica y pegajosa.

Creadores actuales

Grandes representantes y creadores actuales de la música folclórica nicaragüense son los hermanos Carlos y Luís Enrique Mejía Godoy (compositores y rescatadores) y don Otto de la Rocha.

Durante los años 70 y 80, de guerrilla revolucionaria y la posterior guerra en defensa de la revolución, salieron a relucir en Nicaragua los ritmos de trova y trova latinoamericana, usados para protestar contra la injusticia social o apelar a un “mañana mejor”, al patriotismo o a la conservación ecológica. Con el tiempo, la trova pasó a ser un ritmo utilizado en la creación artística nicaragüense y por ende parte de su cultura. Muy conocido en este género es el Dúo Guardabarranco, compuesto por los hermanos Katia y Salvador Cardenal.

Podría tomarse en cuenta dentro de la producción musical nicaragüense, el rock alternativo y pesado, debido al considerable segmento de jóvenes que gustan de este género, y por la gran cantidad de bandas musicales surgidas en distintos puntos del país y que realizan sus propias creaciones.

Un punto aparte del folclor que debe ser señalado en cuanto a música y danza, es que los nicaragüenses gustan mucho de la fiesta y de bailar ritmos latinos internacionales como la salsa, el merengue, la bachata o el actual reggaetón.

Las letras

La producción artística literaria nicaragüense es amplia y ha tenido representantes reconocidos a nivel mundial.

La primera gran obra de letras nicaragüense es la comedia bailete “El Güegüense o Macho Ratón”, la cual apareció publicada en Carazo en el siglo XVII, escrita en náhuatl y castellano. La obra, de autor anónimo, recrea personajes de tiempos de la colonia en Nicaragua. En ella se mezclan elementos indígenas y españoles tanto en la música que la acompaña, como en los caracteres teatrales.

Su nombre viene de su personaje principal, el Güegüense, el que a su vez se deriva del vocablo náhuatl “güegüe”, que significa “viejo”. El Güegüense se vale de su aguda astucia para engañar, ridiculizar y superar las imposiciones de los personajes que representan a las autoridades coloniales españolas. Esta pieza teatral fue recientemente declarada Obra Maestra del Patrimonio Oral e Inmaterial de la Humanidad por la UNESCO, porque representa una resistencia indígena pacífica ante la imposición de la autoridad y violencia de los españoles.

La representación literaria nicaragüense ante el mundo descansa sobre la figura del escritor y poeta Rubén Darío (1867-1916), reconocido en el mundo hispanohablante como uno de los creadores del modernismo. Su obra es amplia y fue traducida a varios idiomas, y se reconoce su aporte a la literatura en castellano por enriquecerlo con aperturas cosmopolitas.

Nicaragua ha sido y es tierra de cuentistas y poetas. En la actualidad, los autores literarios modernos más reconocidos internacionalmente son Ernesto Cardenal, Gioconda Belli y Sergio Ramírez.